Yoga y pilates facial: toda la verdad sobre esta tendencia que no paramos de escuchar en todas partes
¿Cómo funcionan? ¿De verdad es efectivo hacer estos ejercicios a la hora de prevenir el envejecimiento? SPOILER: sí.
Yoga y pilates facial: dos disciplinas que conocemos de sobra, que hemos probado y que se han entrado entre las clases más demandadas de cualquier gimnasio (solo hay que intentar reservar una plaza en ellas para darse cuenta). Tonifican el cuerpo, mejoran la elasticidad, fortalecen los músculos, corrigen nuestra postura y nuestra respiración… Sus beneficios son de sobra conocidos y comprobados.
Pero, ¿y si hablamos de yoga y pilates facial? Tanto el uno como el otro son rutinas de ejercicio enfocadas a trabajar los músculos de la cara para frenar el envejecimiento de la piel pero ¿realmente funcionan? Pues parece ser que sí, que los músculos de la cara juegan un papel fundamental.
La importancia de los gestos
El rostro, como el resto de nuestro cuerpo, también cae en malas posturas y adopta gestos que afectan al envejecimiento. «Nuestros hábitos mímicos tienen influencia a la hora de definir zonas localizadas de nuestro rostro en forma de pliegues, líneas de expresión y de descolgamiento”, explica la facialista Yvette Pons.
“Todos envejecemos de manera individual y personalizada.” Nuestros años afectan al envejecimiento de nuestras células, pero nuestra edad biológica “es la que define nuestros signos de envejecimiento sustentado por el funcionamiento fisiológico que adquirimos en el momento que nacemos, y que depende de nosotros que siga su curso, que mejore o que lo empeoremos.”
El volumen como clave antiedad
Por ello, de la misma manera que vas a pilates o a yoga para corregir las malas posturas, determinados ejercicios pueden ayudarte a corregir esas malas posturas faciales para rejuvenecer el rostro. Es lo que se conoce como gimnasia facial y en ella entran tanto el yoga facial como el pilates facial. “Durante los primeros 30 años de la vida (en la mayoría de los casos), la grasa facial nos aporta el volumen y la tersura de la juventud”, nos explica Carme Farré, profesora de Fitness Facial y Pilates, titulada por la Body Arts and Science International y fundadora de FaceToned®, una app especializada en entrenamiento facial. “Sin embargo, con el paso del tiempo, esta grasa de la cara va desapareciendo y parte de ella migra a la zona inferior del rostro, acentuando la flacidez.”
Para recuperar los volúmenes que nuestro rostro tiene en la juventud, la gimnasia facial se ha convertido en una alternativa a los rellenos y la cirugía, con resultados más naturales. Como apunta Carme, el cuidado de la piel no tonifica, ahí es donde entra la labor de los músculos y para ello necesitamos gimnasia. “La gimnasia facial es la forma natural de tonificar los casi 60 músculos que engloban rostro y cuello. Estos son nuestra estructura muscular, la cual queda olvidada si solo nos centramos en cremas y masajes”, explica Carme. “Invito a la gente a ver el rostro igual que el cuerpo, de manera que realizando una tabla adecuada de ejercicios se pueden tonificar y así mantener la estructura evitando la flacidez facial.”
¿Cómo son los ejercicios?
Calentamiento, trabajo con resistencias, estiramientos… Sí, seguimos hablando de la gimnasia facial. Para remodelar las facciones del rostro, prevenir la flacidez de los músculos, mejorar la movilidad de las articulaciones y liberar la tensión de las cervicales se trabaja con resistencia y repeticiones, de la misma manera que trabajarías el resto de las partes del cuerpo en el gimnasio. Los masajes con gua sha o rollers son clave al terminar cada sesión para relajar los músculos y dejarlos descansados, como si fuesen los estiramientos.
La constancia es lo importante
No te vamos a engañar, el camino de la gimnasia facial es largo y requiere disciplina y constancia, de la misma manera que pasa con el cuerpo. Cada día tendrás que dedicarle entre 10 y 20 minutos y se recomienda hacerlo cinco o seis días a la semana.