Todos queremos tener un rostro suave e hidratado, un brillo saludable y sin manchas ni granos, ¿verdad? Así que aquí hay dos reglas clave que todos debemos seguir:
COMER GRASAS DE OMEGA-3
Cada célula de nuestro cuerpo, incluyendo las células de la piel, tiene una pared celular compuesta de dos capas de grasa llamada la bicapa fosfolípida. Esta pared celular incorpora las grasas de la dieta y es una razón importante detrás de la apariencia de la piel rellena y saludable. Cualquiera que sea la grasa que comamos va a estar en esta importante membrana y por lo tanto es importante elegir sus grasas sabiamente – no sólo porque queremos que esta membrana sea lo más fluida y flexible posible (piense en el flujo de nutrientes que entran y salen), sino también porque queremos lucir saludables y radiantes. Una de las grasas más importantes que debemos comer regularmente es el omega-3. Esta grasa antiinflamatoria se encuentra en pescados grasos (salmón salvaje, caballa, sardinas, anchoas, trucha, atún), nueces, semillas de lino, semillas de calabaza, semillas de chía y semillas de cáñamo. También se pueden encontrar en los huevos orgánicos de granja y en la carne de res alimentada con pasto. Se ha demostrado que los altos niveles de omega-3 engrosan la piel, además de reducir la inflamación, las manchas y las imperfecciones.
Come pescado graso 2-3 veces por semana y una porción de omega 3 nueces y semillas todos los días.
AUMENTAR LOS NIVELES DE COLÁGENO
El colágeno da estructura a los tejidos de la piel pero, a medida que envejecemos, se descompone, por lo que se forman arrugas. La mala nutrición, los cambios hormonales, el estrés y la contaminación pueden disminuir la producción de colágeno, por lo que es aún más importante tener una dieta óptima. La mejor fuente de colágeno es la proteína de carne o pollo alimentada orgánicamente con pasto. Los caldos de hueso son también una fuente particularmente buena de colágeno y se pueden preparar fácilmente en casa. Otras maneras de aumentar los niveles de colágeno son el ginseng, el aloe vera y comer alimentos ricos en vitamina C (pimienta, brócoli, kiwi, tomates, cítricos) y vitamina A (pescado graso, hígado, queso, verduras de hoja verde y frutas y verduras anaranjadas y amarillas).